Este práctico utensilio utiliza el movimiento de un émbolo, que se acciona manualmente, para conseguir una presión previa capaz de dispersar el líquido contenido con solo pulsar el botón disparador. El disparador se puede bloquear de modo que no tenemos que sujetar con el dedo. Cuando la presión comienza a descender y el flujo se hace menos intenso, se acciona el émbolo hasta recuperarla para que el spray no cese.
Posee un pico capaz de orientar la aspersión en 360º. También se puede regular el caudal de salida desde un chorro continuo a una nube de microgotas. Su pequeño tamaño junto a su empuñadura ergonómica permite maniobrar fácilmente entre las hojas y tallos.
Para mayor seguridad cuenta con una pequeña válvula de escape para descomprimir la botella en caso de que fuese necesario.
Cuenta con gran resistencia de sus materiales plásticos, de modo que la unidad podrá usarse continuamente sin miedo a que los efectos de uso lo desgasten antes de tiempo. Un utensilio sencillo pero insustituible, que te puede durar toda la vida.